8 may 2012

Colores personalizados

Todos tenemos en el armario un color que predomina sobre los demás, un color que es nuestro favorito a la hora de vestirnos, con el que nos sentimos más cómodos, que consideramos una parte de nuestra identidad; pero, ¿os habéis preguntado alguna vez si ese color os queda bien?

Mi color era el negro (y digo era porque me lo han sentenciado). Es fácil de combinar, pega para prácticamente todas las ocasiones, elegante… Lo adoro, y creo que va muy bien con mi personalidad. Quizá por este hecho mis compañeras de f Studio y alguna de nuestras modelos dieron por sentado que yo era “fría”. Y ¿qué es eso de ser ‘fría’? Yo me quedé extrañada desde luego, y claro, pedí explicaciones: resulta que por mi color de pelo, de ojos, de piel… me pegan colores que tienen hacia una pigmentación azul. ¡Ojo!, no quiere decir que el azul sea mi color, y que el rojo, el rosa, el marrón y demás colores cálidos ni en pintura, sino que la pigmentación debe tender al azul, vamos que hay azules para gente fría y azules para gente cálida, y rojos para gente fría y rojos para gente cálida… y así con todos los colores (menos con el negro).

En fin, que mi color era el negro y yo era muy feliz así, pero claro, la estimación se hizo a ojo (y porque raramente me veían con otros colores). Entonces llegó el día en que Paula me sentó a hacerme el Colortest, un método personalizado de color, exhaustivo,  por el cual nos dicen cuales son los colores que más nos favorecen y de qué manera nos los tenemos que poner.  Y cuál fue nuestra sorpresa cuando al empezar a probar las telas de colores nos percatamos de que de fría no tenía un pelo (me veía quemando la mitad de mi armario). Tras determinar (con sorpresa), que yo era “cálida”, me probaron un total de 36 colores de esta pigmentación, y uno por uno me dijeron cuáles eras  mis mejores opciones (los marrones chocolates, café, tostado, rojo oxidado, amapola, el coral, rosa palo, al turquesa agua, el camel, el bronce, el kaki, el gris pizarra…) mis opciones de chaqueta (el azul marino cálido), de escote (el amarillo canario), para el verano cuando esté un poco morena (naranja, turquesa intenso y verde pistacho), y, por supuesto, los colores que debo mantener lo más lejos posible (el morado). El negro… en todo caso un marrón muy oscuro, a no ser que vaya maquillada, o sea lista y no me lo ponga pegadísimo a la cara, o lo combine con alguno de mis mejores colores (esto haciendo acopio de complementos y pañulos).

Diréis ‘que tontería, a mí que me digan misa, no pienso cambiar mis colores a la hora de vestir’. Yo también pasé por la ‘fase de negación’ como Paula me dijo, y la verdad es que aún no me he desprendido del negro del todo (mi chupa de cuero negra es sagrada, y de los zapatos ni hablamos, y  mis vestidos tipo petit robe noire aún sin estrenar…) Pero cuando estás en esa silla sentada frente al espejo, y ves como con ciertos colores las ojeras desaparecen, la piel se ilumina, los ojos resaltan, las manchas desaparecen, el tono se unifica… y todo sin un solo gramo de maquillaje, inevitablemente, piensas: “el coral merece una oportunidad”.

Elena P. López

7 comentarios:

  1. Veremos que ocurre conmigo, el viernes es mi momento del color test, jajaj

    ResponderEliminar
  2. Viendo la gama de colores, prefiero ser fria, pero ya veremos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Cómo ha ido el análisis Natalia?

      Eliminar
    2. Al final se ha retrasado para la semana que viene, asique os tendre informadas! Jajaja

      Eliminar
  3. Ya me he hecho el análisis de color, y me ha salido... cálida intensa, jajaja

    ResponderEliminar