Hace unas semanas Elena publicaba un artículo sobre la polémica
Ley Anti-photoshop. Poco después salieron a la luz las ya famosas fotografías
de la cantante Madonna en una sesión realizada por Steven Klein.
En las mencionadas imágenes podemos ver a Madonna sin los
milagrosos efectos del Photoshop que de hecho es lo que más ha dado que hablar.
Volvemos con el tema de la naturalidad de las imágenes, la creación de iconos
de belleza imposibles, la moralidad, la autoestima y un largo etcétera.
Pero por otro lado queda en evidencia lo que comentaba mi querida
compañera en su artículo: el Photoshop no solo sirve para eliminar un granito o
una arruga sino que es la parte final de la creación de una imagen.
Quiero recalcar lo de “parte final” porque nunca podemos olvidar el trabajo
previo: iluminación, maquillaje, estilismo (pinzas de la ropa incluidas) y
dirección de la modelo son fundamentales en el resultado de la foto.
Desde mi punto de vista creo que una buena fotografía es la
que se sostiene en ese trabajo, en la creación previa y la edición y retoque
posterior. No podemos dejar todo el peso ni en una parte ni en otra, ni
prescindir de los programas de edición ni utilizarlos como si se tratase de una
Lourdes particular que puede arreglar una iluminación (alumbrado en algunos
casos...) bastante...
En las imágenes de Klein veo precisamente eso, un disparo
sin demasiado cuidado, sin prácticamente trabajo de luz o de composición que se
dejan directamente para la postproducción con Photoshop; y sinceramente me
molesta más que ver las arrugas de Madonna que son una cosa muy lógica y normal
cuando se tienen 53 años.
El debate está abierto, invito a nuestros lectores a que nos
dejen su opinión al respecto y entre todos vayamos intuyendo el camino que está
tomando (o que le harán tomar) a la Fotografía de Moda y Publicidad.
Paula Cerezo
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